El 1 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó una serie de ataques aéreos en Somalia, dirigidos a miembros de ISIS, incluidos altos mandos responsables de atentados terroristas. A través de redes sociales, Trump confirmó que el objetivo principal fue un planificador clave de ISIS, junto a otros combatientes. Los bombardeos se concentraron en la región de Puntland, destruyendo refugios sin causar víctimas civiles. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, señaló que la operación fue exitosa, con bajas en el grupo terrorista sin daños colaterales.
