
En Delicias, donde el calor no da tregua y los temas polémicos siempre encuentran su esquina para estacionarse, la semana pasada los comerciantes decidieron salir del local… pero no para vender, sino para protestar. Así como lo oye: Acude, Cocentro, Mercado Juárez y Plaza del Río, todos juntos en santa alianza —más organizados que en temporada de descuentos— se plantaron frente a los estacionómetros para exigir una auditoría externa entre otras cosillas.
Encabezados por Alejandro Noriega, pidieron cuentas claras y respuestas, que por cierto prometieron darles en 10 días, porque ya ve usted que aquí todo se resuelve con calma… muuuucha calma.
La administradora del organismo, Maluly Gómez, los recibió con su mejor cara institucional y su promesa bien medida: “espérenos tantito”, y aunque uno podría pensar que eso bastaría para calmar las aguas, nada de eso. La polvareda apenas comenzaba a levantarse.
La síndica Gabriela Franco Díaz no se quedó callada y, como quien regaña a los chamacos que piden una consola nueva, salió a defender al noble sistema de parquímetros, “si quieren auditoría, que la paguen”, dijo.
Y para que no quedara duda del tono, remató con un elegante: «no creo que sepan cuánto cuesta». ¡Sopas! Más que una respuesta, pareció un jalón de orejas a los comerciantes, esa frase sonó más a regaño de mamá cuando uno pide algo caro en el súper.
Pero espérese, que la cosa se pone mejor, el regidor Aldo Urzúa, quien ya traía guardado el dato, sacó la factura (literal y figuradamente) de un «apoyo» que el Consejo de Estacionómetros le dio a Canacintra, en teoría, eran 115 mil pesos para aliviarle el asunto fiscal a los industriales… pero resultó que no fue una, sino dos exhibiciones, sumando 230 mil pesos. Como quien dice: doble tanda para los empresarios.
Y ya encarrerado, Urzúa también soltó que a Canaco Delicias le cayó otro apoyo, y para ponerle la cereza al pastel, reveló que a una escuela privada se le dieron más de 100 mil pesos en efectivo, mientras que a las escuelas públicas apenas les tocan 15 mil en especie y eso si bien les va. ¿Dónde quedó la equidad, diría uno, ¿verdad?
Y como si todo esto fuera una serie con capítulos nuevos cada semana, reapareció el abogado Navarrete, a quien ya le habían dicho antes: “tú ni opines”, pero él, con más valor que filtro solar a las dos de la tarde, dijo que usar recursos del Consejo para beneficiar a los propios miembros del mismo pues… como que no está muy bien, ¿verdad? Que no se necesita ser abogado para sospechar que ahí pudiera haber algo turbio.
Mientras tanto, el alcalde Jesús Valenciano, siempre sonriente y con tono conciliador, dijo estar “en toda la disposición” de sentarse a platicar con los comerciantes para mejorar el centro de la ciudad. Lo malo es que no dijo ni cuándo, ni dónde, ni con qué agenda, así que estamos igual que antes… pero con promesa nueva.
Y en todo esto, ¿alguien ha visto al presidente del Consejo Municipal de Estacionómetros? ¿Sí, Mariano Jaques, se supone que él es el capitán del barco… estará tomando el sol? ¿de vacaciones? ¿En un curso intensivo de relaciones públicas? Vaya usted a saber. Pero si alguien debiera dar la cara, pues sería él, ¿no? Digo, es lo menos.
Cómo la ve… júzguelo usted. Y si no lo juzga, al menos búsquese sombra, porque el calor y la política local están que arden, pero eso sí, no se le ocurra estacionarse sin pagar.





