Historias de Terror

Cuando mi prima Claudia se mudó a una vieja casa en las afueras del estado donde vivo, no estaba al tanto de su historia. La vivienda había pertenecido a una mujer soltera que fall3ció en los años 70, y desde entonces, nadie había vivido allí por más de unos meses.
Una noche, mientras limpiaba el ático, mi prima encontró un espejo antiguo cubierto por una tela blanca manchada y sucia de polvo. Lo bajó al primer piso y lo apoyó en su habitación. Esa noche me llamó, nerviosa.
—Dani, ¿tú sabes algo sobre Kuchisake-onna?
— ¿La mujer con la boca extraña? —le dije, pensando que era solo una historia de miedo de la escuela.
— El espejo… me mostró su reflejo, no el mío.
No le creí, hasta que me envió una foto. En la imagen, su cuarto estaba vacío… pero en el espejo, una figura femenina vestida con kimono rojo la observaba desde la esquina. Tenía la boca tapada con una mascarilla quirúrgica.
Esa misma noche, mi prima soñó que estaba en una calle antigua. Una mujer se le acercaba en la niebla y le preguntaba: “¿Soy bonita?”
Cuando mi prima no respondió, la mujer bajó la mascarilla, revelando una sonrisa… deformada.
Al día siguiente, mi prima despertó con una pequeña marca en la mejilla. No fue el espejo lo que tiró… fue la casa entera del susto. Se mudó ese mismo día, y desde entonces, jura que no se mira en ningún espejo después de la medianoche, ni yo tampoco…